En mi caso es la segunda vez que me atrapa esa extraña sensación. Es un sentimiento que equivale a cuando sueñas que caes al vacío y nunca llegas a tocar fondo. Crees que no te puedes sentir peor, y entonces das un paso, pero hacia atrás, casi instintivamente vuelves a caer. Lo peor es cuando ves a esa persona y actuáis como si nada hubiese pasado... En ese instante sientes que estás en una nube de la que te caerás. Como un hechizo pasajero antes de volver a la realidad. Piensas que todo ha pasado, que puedes seguir adelante, pero entonces ves una foto, un mensaje... y de nuevo te das de bruces contra la realidad. Otra caída incluso mayor que la anterior.
Y es que joder... ¡¿Por qué?! Ha sido todo tan rápido que no me dio tiempo a asimilar nada, ni el principio ni el maldito final. No recuerdo que me haya pasado algo así antes, no con alguien con quien sabía que no tenía un futuro, no con alguien con quien solo vivía una historia de verano... Si alguna vez me he enamorado, sin duda ha sido esta. Porque dicen que el amor duele. Porque dicen que el amor es injusto. Porque dicen que por amor todos cambiamos. Aunque espero de corazón que no lo sea, porque sino no me lo perdonaría en la vida.
A veces miro atrás y es como si realmente hubiese desaparecido la chica que era antes. Aquello que me caracterizaba en mis relaciones ha desaparecido completamente. No podía enfadarme, confiaba tan plenamente que los celos desaparecían, el orgullo me he obligado a tragármelo y he pedido tantas veces perdón que parecía estar en el corredor de la muerte. Antes era yo la que los hacía llorar, ahora me ha tocado atragantarme con mi propio orgullo.
Pero bueno, todo esto ha servido para darme cuenta de que soy tan humana como todos. Tan jodidamente humana como cualquiera. Capaz de mostrar mis sentimientos, expuesta ante alguien de quien solo podía esperar rechazo. Y si soy sincera, me alegro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario